lunes, 30 de marzo de 2009

Kitsch (A. Moles)

“Concepto universal, familiar, importante, (el término «Kitsch») corresponde, en primer lugar, a una época de la génesis estética, a un estilo de ausencia de estilo, a una función de confort superpuesta a las funciones tradicionales, a un «nada es demasiado» del progreso.

La palabra Kitsch aparece en su concepción moderna en Munich hacia 1869, es una palabra del alemán del sur bastante conocida: kitschen, hacer nuevos muebles a partir de los viejos, es una expresión familiar; verkitschen significa vender alguna cosa en el lugar de aquella se se había pedido específicamente: tiene un pensamiento estético sobreentendido, una negación de lo auténtico. El Kitsch es la basura, es una secreción artística dada mediante la puesta en valor de los productos de una sociedad al interior sus grandes almacenes, que se convierten, junto con las estaciones, en los verdaderos templos. Lo Kitsch está ligado al arte de una manera indisoluble, de la misma forma que lo no-auténtico está ligado a lo auténtico. «Hay un gusto Kitsch en todo arte», dice Broch, dado que en todo arte hay un mínimo de convencionalismo, de aceptación del dar placer al cliente y del que ningún Maestro está exento.

A pesar de que el Kitsch es eterno tiene, sin embargo, períodos de prosperidad ligados, entre otros, a una situación social, al acceso a la riqueza: el mal gusto es el paso previo al buen gusto, debido a (...) un deseo de promoción estética que se queda en el camino.




El espectro de los valores estéticos ya no está dicotomizado entre lo « Bello » y lo « Feo » : entre el arte y el conformismo se extiende la vasta plaga del Kitsch. El Kitsch se revela con fuerza en el transcurso del acenso de la civilización burguesa, al momento en el que ésta recibe la posibilidad de acceso a la riqueza, es decir, de exceso de medios con respecto a sus necesidades, (...) y desde un cierto momento en el que esta burguesía impone sus normas a una producción artística.

Lo Kitsch es, entonces, un fenómeno social universal, permanente, de grande envergadura, pero también es un fenómeno latente a la conciencia de las lenguas latinas, a falta de un término adecuado para definirlo. (...)

No se trata de un fenómeno denotativo semánticamente explícito, es un fenómeno intuitivo y sutil; es un tipo de relación entre el ser y las cosas, una manera de ser más que un objeto o incluso un estilo. Si bien hablaremos frecuentemente del « estilo Kitsch », será refiriéndonos a uno de los soportes objetivables de la actitud Kitsch, y veremos que este estilo se formalizará al interior de una época artística. Se volverá una categoría que le permitirá acceder a antologías e incluso a colecciones de arte. Sin embargo el Kitsch precede y sobrepasa a sus soportes, es un estado del espíritu que, eventualmente, se cristaliza en los objetos."

MOLES, Abraham A.: Le Kitsch. L’art du bonheur (pp 5 -7). Paris, Maison Mame. 1971
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viernes, 20 de marzo de 2009

Kitsch (Umberto Eco)


Huachafo no es lo mismo que kitsch. Sin embargo son términos hermanados que comparten muchas características comunes. Mientras que de lo primero se ha escrito poco y se tienen definiciones imprecisas, hay abundante bibliografía sobre lo segundo. Hablemos, entonces, del kitsch.

“Ha sucedido siempre que los miembros de las clases "altas" juzguen desagradables o ridículos los gustos de las clases "bajas". Se podría ciertamente decir que in estas discriminaciones han tomado parte siempre factores económicos, en el sentido que la elegancia has estado siempre asociada al uso de tejidos, colores y gemas costosísimas."

“Existe un arte para los incultos así como existe un arte para los cultos, y es necesario respetar la diferencia entre estos dos "gustos" así como se respetan las diferencias de creencias religiosas o las preferencias sexuales. Sin embargo, mientras los cultores de un arte "cultra" encuentran kitsch al kitsch, los cultores del kitsch no encuentran despreciable el gran arte de los museos (los que, por otro lado, frecuentemente exponen obras que la sensibilidad culta juzga kitsch). Más aún, consideran a las obras kitsch "similares" a las del gran arte."

"kitsch es la obra que, para justificar su función de estimuladora de efectos, se estructura con los restos de otras experiencias y se vende como arte sin reservas."

"No todo lo feo (de ayer u hoy) puede ser visto como camp. Lo es sólo cuando el exceso es inocente y no calculado. Los ejemplos puros de camp no son intencionales, son extremadamente serios [...]. En estos casos, las reacciones encantadas del degustador del camp se manifiesta con "¡es demasiado, no puedo creerlo!". No se puede decidir hacer una cosa camp. El camp no puede ser intencional, se apoya en el candor con el que se realiza el artificio (y, digamos, en la malicia de quien lo reconoce como tal). Hay en el camp una seriedad que no logra su objetivo por exceso de pasión, y sea como sea, es desmesurado en sus intenciones.”

ECO, Umberto: Storia della bruttezza. (pp 394, 397, 404, 418)

Kitsch (Umberto Eco)


Huachafo non è lo stesso di Kitsch. Sono però parole simile che condividono molte caratteristiche comune. Mentre che dal primo non c’è scritto molto e le sue definizione sono imprecise, dal seconde c’è abbastanza bibliografia. Parliamo, allora, sul Kitsch.

“È sempre accaduto che i membri delle classi “alte” giudicassero sgradevoli o ridicoli i gusti delle classi “basse”. Si potrebbe certo dire che in queste discriminazioni hanno sempre giocato fattori economici, nel senso che l’eleganza è sempre stata associata all’uso di tessuti, colori e gemme costosissimi.”
“Esiste un’arte per gli incolti così come esiste un’arte per i colti, e che bisogna rispettare la differenza tra questi due “gusti” così come si rispettano le differenze di credenze religiose, o le preferenze sessuali. Però, mentre i cultor di un’arte “colta” trovano kitsch il kitsch, i cultori del kitsch (tranne che di fronte a opere intese proprio a “stupire i borghese”) non trovano disprezzabile la grande arte dei musei (i quali, peraltro, spesso espongono opere che la sensibilità colta giudica kitsch). Anzi, ritengono le opere kitsch “simili” a quelle della grande arte.”
“Kitsch è l’opera che, per farsi giustificare la sua funzione di stimolatrice di effetti, si pavoneggia con le spoglie di altre esperienze, e si vende come arte senza riserve.”
“Non tutto il brutto (di ieri o di oggi) può essere visto come camp. Lo è solo quando l’eccesso è innocente e non calcolato. Gli esempi puri di camp non solo intenzionali, sono estremamente seri […]. In questi casi, la reazione deliziata del degustatore del camp si manifesta con “è troppo, non posso crederci!”. Non si può decidere di fare una cosa camp. Il camp non può essere intenzionale, poggia sul candore con cui se mette in opera l’artificio (e, diremo, sulla malizia di chi lo riconosce come tale). C’è nel camp una serietà che fallisce il suo scopo per eccesso di passione, e comunque qualcosa si smisurato nelle intenzioni.”

ECO, Umberto: Storia della bruttezza. (pp 394, 397, 404, 418)

miércoles, 18 de marzo de 2009

Introducción 1.0

Como muchas ciudades latinoamericanas, en Lima conviven una serie de grupos sociales de distintas proveniencias e historias. A casi 200 años de la independencia de España, en el Perú muchos de los patrones sociales y de las costumbres de los habitantes, no sólo en la capital, sino en todo el país, son herencia del período colonial.

Dentro de las relaciones sociales en Lima, la raza, el apellido, los ingresos y el lugar de origen son elementos significativos, que pueden influir en todos los aspectos de la vida diaria. Tradicionalmente se podía distinguir una clase dominante, minoritaria, formada por los criollos (descendientes de españoles, nacidos en el Perú) y de otros inmigrantes, especialmente europeos; por otro lado estaba la gran masa que constituía la clase “trabajadora”, conformada por la población indígena y diversos grupos migratorios (africanos, asiáticos) que vinieron al Perú como mano de obra económica.

Este rígido esquema se ha ido transformando desde la segunda década del siglo XX, cuando, ya sea por las migraciones internas, los movimientos obreros o la crisis política y económica, el movimiento social se convirtió en una constante.

En la actualidad, la sociedad limeña es plural: presenta muchas caras diversas, muchas veces enfrentadas. Esta realidad es palpable en todas las esferas, tanto públicas como privadas, en las que una serie de “nuevos” elementos mestizos ocupan cada vez un lugar mayor. Sin embargo los prejuicios, manifestados por la hegemonía aún existente en las clases altas tradicionales, tienden a continuar desconfiando de las manifestaciones producto de los nuevos pobladores de la ciudad.

Existe, entonces, un doble discurso: las clases que tradicionalmente se identifican con los estratos socio-económico altos, por un lado, y las clases “populares” por otro. Mientras los primeros, capitalizando la mayor parte de recursos educativos y culturales, dictan un canon de comportamiento con valor oficial, los segundos van ocupando un lugar cada vez mayor dentro de la vida de la ciudad.

En la arquitectura ésta situación se hace evidente al entender a Lima como una ciudad en la que, en los centros tradicionales, se mantiene una sociedad que hace constante referencia al arte y a la cultura “oficial”, muchas veces importada de Europa o Estados Unidos. Paralelamente, la ciudad va creciendo en torno a estos centros, de manera espontánea y desordenada. En estos nuevos asentamientos humanos, que empiezan como invasiones, se convierten en pueblos jóvenes y poco a poco se van consolidando como distritos, se desarrolla una identidad propia, mezcla de los orígenes andinos y amazónicos de los pobladores y sus intentos de “modernización” al llegar a la ciudad. Dicha identidad, que se manifiesta en el comportamiento, las actividades económicas, el arte y, evidentemente, la arquitectura, ha sido frecuentemente despreciada por las clases tradicionales.

Huachafo es el término tajante que relega las nuevas manifestaciones (mestizas) al campo de lo risible, de lo ingenuo, de lo kitsch, de lo contaminado… de aquello que, según los cánones oficiales, no es correcto y no pertenece.

Introduzione 1.0

Come in tante altre città in Latinoamerica, a Lima coesistono in un certo numero gruppi sociali di diverse provenienza e storie. Quasi 200 anni dopo l’indipendenza di Spagna, in Perù ci sono ancora molti patroni di comportamento sociale ed molti abitudini negli abitante, non solo nella capitale, ma anche in tutto il paese, che sono eredità coloniale.

Tra le relazione sociale a Lima, la razza, il cognome, il potere economico e il luogo di origine sono ancora elementi significativi, che possono influire in tutti gli aspetti della vita quotidiana. Tradizionalmente si poteva distinguere una classe dominante, minoritaria, formata dai “criollos” (discendenti di spagnoli, nati in Perù) ed altri immigranti stranieri, specificamente europei; d’altra parte, c’era il grande gruppo della classe “lavoratrice”, formata dalla popolazione indigena e diversi gruppo migratori (africani ed asiatici) che erano state portate in Perù per i lavori manuali, agricoli e di estrazione.

Questo schema rigido a subito delle trans formazione dalla seconda decada del XX secolo, quando, sia per i movimenti migratoti interni (dalla campagna a Lima), le manifestazioni degli operari e la crisi politica ed economica, il movimento sociale è diventato una costante.

Nell’attualità, la società limeña è plurale; ci sono molte face diverse in costante confronto. Questa realtà è palpabile in tutti i settori, sia pubblici che privati, in cui una serie di nuovi elementi “mestizos” (che combinano la tradizione andina e quella eredità degli immigrante europei) occupano un luogo ogni volta più importante. Comunque i pregiudizi, manifestati dalla egemonia sociale ancora esistente nelle classe alte tradizionale, continuano a non fidarsi dalle manifestazioni prodotti dalla nuova popolazione de Lima.

Esiste, quindi, un doppio discorso: le classe che tradizionalmente s’identificavano con gli strati socio-economici alti, da una parte, e le classe popolare dal altra. Mentre i primi, capitalizzando la maggioranza dei risorsi educativi e culturali, segnalano un canone di comportamento con valore ufficiale, i secondi occupano un posto ogni volta più importante nella vita della città.

Nell’architettura questa situazione è evidente quando si capisce che Lima sia una città nella quale nei centri urbani tradizionali si mantiene una cultura che fa constante riferimento a quella “ufficiale” importata spesso da Europa o dagli Stati Uniti. In parallelo, la città cresce intorno a questi centri, in maniera spontanea e disordinata. In questi nuovi sviluppi urbani, che cominciano come invasioni, diventano “pueblos jóvenes” (sviluppi urbani che non hanno ancora tutti i servizi basici) e, lentamente si consolidano come quartieri, si crea una identità propria, prodotta dagli origini andini o amazzonici degli abitanti e i suoi intenti di “modernizzazione” al arrivare in città. Questa identità, manifesta nel comportamento, l’attività economica, l’arte ed, evidentemente, l’architettura, è stata frequentemente disprezzata dalle classe alte tradizionale.

Huachafo è il termine categorico che relega le nuove manifestazioni “mestizas” al posto di quello che è comico, ingenuo, kitsch, contaminato … insomma, quello che, secondo i canoni ufficiali, è sbagliato e non appartiene.

sábado, 7 de marzo de 2009

La estética de (lo huachafo en) la arquitectura limeña contemporánea

... es el título de mi tesis de doctorado.

Como casi todo en una tesis, es provisional. Pero los elementos clave están y, probablemente, se quedarán: estética, arquitectura, Lima.

Lo huachafo es un tema aparte. Es una palabra que me gusta rumiar, saborear, descubrir. Es, además, una palabra que no tiene equivalente en ningún otro idioma. Hay quienes opinan que es un sinónimo de kitsch, pero espero poder convencer de que aunque sean primos hermanos, el huachafo y el kitsch son categorías distintas.

Dado que esta tesis se gesta bajo el ¿amparo? de una universidad italiana, trataré de escribir también en italiano. Pido disculpas por los errores gramaticales y los horrores ortográficos.

Y paciencia, que algo saldrá.
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