Las iniciativas [...] siempre han entrado en operación cuando habitantes y vivienda han tomado contacto. Las viejas casas legadas por nuestros antepasados son prueba de ello. Cada generación, cada ocupante, cambió aquello con que se encontró. [...] Estas alteraciones no siempre fueron hechas con un propósito funcional. Lo fueron para ponerse de acuerdo con los tiempos o porque las ideas sobre la manera de vivir cambiaron, porque no podía uno identificarse con lo recibido o porque ello era de otra generación diferente. El ocupante raramente estaría interesado en valores estéticos, y, de cualquier forma, tales consideraciones cambiarían tanto como la casa misma. Pero lo que la casa le suponía era un medio importante de ilustrar su posición en la vida. Era su expresión social, la manera de establecer su ego. Para ello era necesario que el ocupante poseyera la vivienda en el sentido más amplio de la palabra. Si llevaba a cabo cambios no era con el fin de preservar el edificio, sino porque no podía tirar la casa abajo y empezar de nuevo. El ocupante no tenía ningún interés por la apariencia original de la casa en que, en ese momento, le había tocado vivir. Sólo se preguntaba si el aspecto total correspondía con su idea del que una casa debería tener, y si no ocurría así, trataba de conseguir que así fuera."
domingo, 20 de mayo de 2012
Un medio de auto-expresión (N. J. Habraken)
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