viernes, 6 de mayo de 2011

La percepción del hábitat (J. Ekambi-Schmidt)

"Todo ser humano, sea nómada o sedentario, campesino o habitante de la ciudad, pertenezca a un país muy desarrollado o viva en el fondo de una selva perdida en un país no industrializado, todo ser humano se cobija, se crea un espacio personal, un territorio móvil o inmóvil cuyas fronteras marca mediante límites simbólicos que se materializan con ciertos objetos rituales o mediante la existencia de techos y muros opacos y resistentes. Estos límites definen un 'dentro' y un 'fuera', un 'mi casa' y un 'la casa de los otros'; pretenden aislar térmicamente, proteger de la intemperie, pero también proteger de la vista y el ruido, sostener un techo o una cubierta, y además materializar 'una superficie vacía a llenar, a decorar'.


En efecto, la primera preocupación del hombre que ha puesto fronteras simbólicas o reales a su habitación ha sido protegerse contra lo 'externo' y todos los peligros que puedan provenir de agentes destructores naturales o sobrenaturales, humanos o animales.

Como actualmente esta primera exigencia está correctamente cubierta, al menos en las ciudades, la segunda función - materializar 'una superficie vacía a llenar, a decorar' - pasa a primer término. Teóricamente, casa cual es libre de crear en esta superficie interior un microuniverso personal o familiar que tenga en cuenta criterios prácticos y estético-afectivos. 

- Prácticos: muebles u objetos que respondan a necesidades y hábitos familiares que difieren en las distintas áreas geográficas y culturales, pero cuya utilización es cuasi universal y cuya gama está integrada por un limitado número de categorías.

- Estético-efectivos: los elementos que acabamos de citar no bastan para crear un marco a la vida cotidiana. Considerados en cuanto tales, son utensilios impersonales. Ahora bien, cada individuo utilizará estos objetos a su modo y les dará 'un pequeño toque personal'. Creará el decorado de su entorno privado, y lo hará siguiendo criterios tradicionales que dependen del 'buen gusto', o siguiendo criterios propios que dependen de su propia creatividad y de su sentido de la ordenación del espacio.

Todo ser humano se cobija, pero ¿quiere esto decir que habita? La creación de un decorado ¿es un criterio definidor en este campo?"

Continuación

Ekambi-Schmidt, Jézabelle. La percepción del hábitat. Barcelona: Editorial Gustavo Gili, 1974.

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