"No tendría que caber duda, si queremos hablar de buena arquitectura debiéramos remitirnos a aquellos edificios capaces de dar satisfactoria respuesta a las necesidades de hábitat tanto de orden físico, mental y espiritual que un grupo humano reclama, entrando en sintonía con su medio y en sincronía con su tiempo. Queriendo ser consecuente con este pensamiento ¿Qué cabría opinar de un pueblo que aparenta ser del medievo toscano pero que fue construido en la segunda mitad del siglo XX emplazado en una isla caribeña?"
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