Dentro de las arbitrariedades y las decisiones dificilmente explicables de este tipo de eventos, esta vez estoy satisfecha con esta decisión. Mi opinión es, evidentemente, subjetiva y cuestionable. Sin embargo, en un contexto en el que no sólo en ciudades de América Latina, sino en casi todo el mundo, la ocupación informal del espacio ante la falta de alternativas eficientes es más una regla que una excepción, pienso que un proyecto que plantee una alternativa de reflexión al respecto merece ser observado con cuidado y analizado en sus implicancias presentes y futuras.
Los miembros de Urban Think Tank, el curador Justin McGuirk y el Fotógrafo Iwan Baan presentan una serie de imágenes que no hablan de un proyecto acabado, sino de un proceso. Esta es una de las principales características de la arquitectura del día a día: el entender lo construído como un objeto en constante adecuación a los cambios en la vida, en el entorno, en la sociedad y en la cultura.
"En los años 90, en el centro de la ciudad de Caracas un rascacielos fue levantado para albergar las oficinas de uno de los mayores inversionistas bancarios en Venezuela. Tras la crisis financiera del 94 y la muerte del magnate, el edificio quedó incompleto y abandonado. Pasó una década para que los ocupas se hicieran de la torre. [Se nos presenta] la vida de esta torre comunal -ahora convertida en una micro ciudad anárquica- así como las modificaciones que la comunidad hizo con sus propios habilidades y recursos de la forma más improvisada. El resultado de este esfuerzo colectivo no sólo creó un espacio para uso habitacional sino una favela vertical con consultorio médico, tiendas, peluquería, gimnasio, entre otras cosas más. Sin duda el trabajo de Baan pone en juego la idea actual del monstruoso desarrollo inmobiliario en contrapeso con los esfuerzos colectivos ciudadanos."
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Imágenes tomadas de Folio.
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