martes, 30 de agosto de 2011

Espacio para habitar - Espacio para vivir (F. Hundertwasser)

"Hoy, como hace 100 años, el urbanismo debe obedecer a las más severas leyes dogmáticas. Un urbanista debe tener el valor de escoger la pluralidad, sobre todo cuando se trata de romanticismo y de aquello que se califica como kitsch.

LA AUSENCIA DE KITSCH HACE NUESTRA VIDA INTOLERABLE.

1977-86 Hundertwasserhaus, Viena
(Hundertwasser Architecture)
La arquitectura está siempre dominada por el esquema totalitario de la autoridad y de los sujetos que se someten a ella.

El arquitecto y la arquitectura son los maestros soberanos. Los habitantes y los usuarios de la arquitectura son claves. Un urbanista no debe volverse un secuaz de una doctrina internacional, mediana y mediocre, que está actualmente a la moda.

La modernidad no tiene nada de revolucionario; es el regreso a lo humano, a las dimensiones humanas, a los sueños del individuo, es por esto que es revolucionaria.

Pero los urbanistas a la moda continúan abusando del hombre-habitante como si fuera un conejillo de indias para experimentos dogmáticos, educativos y absurdos en arquitectura.

La linearidad, que se trata de un alineamiento de ventanas de la misma dimensión, la línea de horizonte (skyline) completamente recta, el suelo plano, las aristas agresivas en ángulo recto son los signos de una arquitectura opresora.

La arquitectura debe elevar al hombre y no someterlo. Basta que un urbanista permita que un edificio de cada cien sea diferente, lejos del sistema de una cuadrícula totalitaria de líneas rectas, sobre todo los edificios industriales que deben poder tener la marca de un romanticismo humano."

Hundertwasser, F. (1993) Espace pour habiter - Espace pour vivre - Pour un autre politique du logement.
Entrevista escrita para una discusión, editada por la SPD Bundestagsfraktion, Bonn. Preguntas de Norbert mappes.Niediek, marzo 1993.


En: Taschen (1997) Hundertwasser Architecture. Pour une architecture plus proche de la nature et de l'homme. Köln: Taschen.

miércoles, 10 de agosto de 2011

Sensibilidad cultural

“El problema de la sensibilidad cultural se complica por el pluralismo, la presencia de múltiples grupos y subculturas. Los entornos más tradicionales fueron para grupos homogéneos y para una escala mucho menor. 

En esos casos, la congruencia de cultura y forma construida era mucho más simple y fácil de lograr. […] en situaciones complejas, plurales y de gran escala el problema es mucho más difícil. Lo que es nuevo, más allá de este pluralismo y gran escala, es que en primer lugar muchos entornos que tradicionalmente eran vernaculares, populares o “espontáneos” son ahora diseñado por profesional que por lo general nunca han tratado con esto y que realmente no conocen cómo abordarlos. 

En segundo lugar, en el pasado los diseñadores y clientes compartían una cultura, eran por lo general miembros del mismo grupo. Más aún, los clientes y los usuarios eran idénticos. Actualmente, ninguna de estas condiciones se aplica: los diseñadores son en efecto muy diferentes a los usuarios en estilo de vida, valores, etc., es decir, cultura” 

(Rapoport, On the Cultural Responsiveness of Architecture 1987, 12)


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