martes, 29 de enero de 2013

Aprendiendo del Pop (D. Scott-Brown) III

Primera parte.
Segunda parte.

La sopa en lata y el establishment

Hay cierta ironía en el hecho de que la cultura “popular” y el paisaje “popular” no sean populares entre quienes toman las decisiones sobre cómo renovar la ciudad y realojar a los pobres […].

La sabiduría convencional de la que hacen gala […] los ancianos radicales de la arquitectura responsables de los comités artísticos estadounidenses, de las secciones de “proyecto” de los Departamentos de Vivienda y Desarrollo Urbano (HUD) y de los organismos de planeamiento y de nuevos desarrollos; son ellos quienes planifican y construyen para las grandes empresas públicas y privadas y los que gozan de la confianza de quienes construyen la ciudad. Si de lo que se trata es de hacer un buen servicio al público a través de sus decisiones, estos miembros del establishment arquitectónico deben aprender a distinguir, para llevar a cabo un análisis distinto, entre sus criterios estéricos y el resto de preocupaciones sobre “contaminación medioambiental”. Las aguas nauseabundas y los carteles publicitarios son problemas de diferente orden y magnitud.

Lo primero no puede hacerse bien, pero lo segundo sí; en especial si nos ofrecen la oportunidad de estudiarlos un rato, sin erigirnos en jueces.

equipoplastico.com
Si se eliminan los barrios “apestosos” junto a los carteles publicitarios y las gasolineras en nombre de evitar la “contaminación visual”, el daño social puede ser irreparable. Sin embargo, no se renunciará a una vieja fórmula estética, incluso si se demuestra que entraña obstáculos, hasta que se reemplace por otra nueva, puesto que, como ya hemos visto, la forma depende de sí misma para hacerse. Y para el establishment arquitectónico, el nuevo vocabulario debe tener un lenguaje respetable. Por tanto, si el entorno popular es el que proporciona ese vocabulario, para ser aceptado debe filtrarse mediante procesos adecuados. Debe pasar a ser parte de la tradición del gran arte; debe ser la vanguardia del año pasado. Ésa es otra de las razones para someter el nuevo paisaje al análisis arquitectónico tradicional: que sea aceptado por el establishment. No puede aprender del popo hasta que el Pop entre en las academias.


Apuntarse al pop

Para aquellos arquitectos que esperan poner sus habilidades de la última, he recomendado una investigación de las formas de la nueva ciudad existente basada tanto en cuestiones sociales como estéticas. El gran arte ha seguido al arte bajo, y viceversa; de hecho, ¿de dónde salió por primera vez el arco parabólico de MacDonald’s y el split-level ranch?

En el paso del arte bajo al gran arte reside un elemento del aplazamiento del juicio. El juicio se suspende con el fin de entender y ser receptivo. Se trata de una apasionante técnica heurística, pero también de una técnica peligrosa, pues la afición por toda la cultura pop es tan irracional como odiarla en su conjunto, y puede dar lugar a un “subirse al carro” del pop generalizado e indiscriminado, donde todo vale y en lugar de postergar el juicio, se lo abandona. Más aún, los artistas, arquitectos y actores deben juzgar, aunque, espero, tras una pausa. Después de un intervalo razonable, deben surgir unos criterios adecuados de la nueva fuente. El juicio simplemente se aplaza para hacer más sensatos los juicios ulteriores.”

Scott Brown, Denise (2007 [1971]) Aprendiendo del Pop (Learning from Pop). Barcelona: Gustavo Gili. pp 21-29.
Originalmente publicado en Casabella 359-360, diciembre de 1971.

sábado, 26 de enero de 2013

Aprendiendo del Pop (D. Scott-Brown) II

Primera parte.

Análisis formal como investigación proyectual

Una segunda razón para mirar hacia la cultura popular es encontrar vocabularios formales que hoy en día resulten más pertinentes ante las diversas necesidades de la gente, y que sean más tolerantes ante el desorden de la vida urbana que los órdenes formales “racionalistas” y cartesianos de la actual arquitectura moderna. ¿Cuánta vivienda barata y arquitectura decimonónica ha sido eliminada para que algunos pulcros arquitectos o urbanistas puristas pudieran empezar de cero, haciendo borrón y cuenta nueva?

Los arquitectos modernos pueden ahora reconocer que cualesquiera que sean las fuerzas, los procesos y las tecnologías que determinan la forma arquitectónica, las ideas sobre la forma la determinan igualmente; que un vocabulario formal forma parte de la arquitectura tanto como los ladrillos y el mortero (los plásticos y los sistemas para los futuristas); que la forma no surge, no puede surgir exclusivamente de la función, recién nacida e inocente como Venus saliendo de la concha, sino, más bien, que la forma sigue, entre otras cosas, a la función, las fuerzas y la propia forma. Si se las reconoce conscientemente, las tendencias formales no tienen por qué tiranizar, como sí lo hicieron en la urban renewal; y los vocabularios formales que surjan de la arquitectura podrán estudiarse y mejorarse para adaptarlos a los requerimientos funcionales, más que ser aceptados de manera inconsciente e inadecuada (como una vieja herencia de algún maestro sin importancia). Las formas del paisaje popular son tan relevantes para nosotros ahora como lo fueron las formas de la Roma Antigua para los beaux arts, el cubismo o la arquitectura maquinista para los primeros modernos, y la región industrializada inglesa de los Midlands o los dogones para el Team 10; mejor dicho, son extremadamente relevantes, mucho más que la última batisfera, plataforma de lanzamiento o complejo hospitalario […].

Stardust (blog.dnevnik.hr)
Al contrario que éstos, nos hablan de nuestras circunstancias no sólo desde el punto de vista estético, sino también a muchos niveles, desde el punto de vista de la necesidad: desde la necesidad social de realojar a los pobres sin destruirlos, hasta la necesidad arquitectónica de producir edificios y entornos que otros necesiten y que gusten. El paisaje popular se diferencia de los primeros modelos en que también es el lugar donde construimos, nuestro contexto. Es una de las pocas fuentes contemporáneas de datos sobre los aspectos comunicativos y simbólicos de la arquitectura, puesto que no fue tocado por la simplificación purista que el movimiento moderno aplicó a la arquitectura al reducirla a espacio y estructura únicamente.

Pero el análisis formal presenta un problema. En primer lugar, dado que la forma ha sido un tema ilegítimo durante mucho tiempo, hemos perdido la costumbre de analizarla; y, en segundo lugar, las formas con las que tratamos son nuevas y no se relacionan fácilmente con la arquitectura tradicional o con las técnicas urbanísticas de análisis y comunicación.

La proyección ortográfica a duras penas contempla la esencia del letrero del Stardust y, aunque éste tenga la longitud de una manzana y un apabullante impacto visual in situ, no queda bien representado en un plano de usos. Siendo un espacio automóvil, el espacio suburbano no se define por paredes y suelos delimitadores, y es, por tanto, difícil de representar gráficamente utilizando sistemas creados para la descripción de edificios. De hecho, el espacio no es el componente urbano más importante de la forma suburbana, sino la comunicación en el espacio, que requiere incorporar un elemento simbólico y temporal en los sistemas de descripción que poco a poco se van creando para ella […].

El análisis formal debería ser comparativo y conectar mediante la comparación las nuevas formas con el resto de la tradición formal de la arquitectura, incorporándolas así a la disciplina arquitectónica y ayudándonos a entender nuestra nueva experiencia a la luz de nuestra formación formal. Al proponer que la forma debería analizarse, no doy a entender que la función (el programa), las tecnologías o las fuerzas (los procesos sociales urbanos o el mercado del suelo) no sean de vital importancia para la arquitectura, ni tampoco que no puedan servir como fuentes de inspiración artística para el arquitecto. Todas son necesarias y trabajan conjuntamente […].”

Tercera parte.

Scott Brown, Denise (2007 [1971]) Aprendiendo del Pop (Learning from Pop). Barcelona: Gustavo Gili. pp 13-20.
Originalmente publicado en Casabella 359-360, diciembre de 1971.

domingo, 20 de enero de 2013

Aprendiendo del Pop (D. Scott-Brown) I

Necesidades, en plural

La sensibilidad hacia las necesidades es un primer motivo para dirigirse hacia la ciudad actual. Una vez ahí, la primera lección para los arquitectos es la pluralidad de necesidades. Ningún constructor/promotor en sus cabales anunciaría: construyo para el Hombre. Él construye para el mercado, para un grupo de gente definido por su nivel de ingresos, edad, estructura familiar y estilo de vida.

[…] La ciudad puede considerarse como el artefacto construido para un conjunto de subculturas. En este momento son pocas las subculturas que recurren por voluntad propia a los arquitectos.

Por supuesto, aprender de lo que “está ahí” está sujeto a las salvedades y a las limitaciones de todo análisis conductista (se estudia una conducta limitada y no lo que la gente haría en otras circunstancias). Los pobres no viven por voluntad propia en bloques de apartamentos […]. En tiempos de escasez de vivienda, éste es un argumento especialmente convincente contra el conductismo arquitectónico puesto que la gente no puede votar contra una creación en concreto, manteniéndose al margen, si no existe una alternativa.

Para contrarrestar este peligro, se deben buscar entornos comparable donde, por alguna razón, las restricciones no obliguen. Hay entornos que sugieren cuáles podrían ser los gustos de los grupos con limitaciones económicas si estuvieran menos constreñidos. Son los entornos de los nuevos ricos: el Hollywood de antaño, Las Vegas de hoy en día y las casas las estrellas de cine, los deportistas y otros grupos cuyo ascenso social puede parecer un despegue en vertical, pero que continúan manteniendo una escala de valores previa.

Richard Hamilton
Just what is it that makes today's homes
so different, so appealing?
(1956)
Otra fuente son los decorados de los medios de comunicación, del cine, de las telenovelas o de los anuncios de peinillos en vinagre y de lustramuebles. En este caso, el objetivo no es vender casas sino algo bien distinto, y los decorados representan la idea que alguien tiene (¿los publicistas?) sobre lo que quieren los compradores de pepinillos en vinagre o los espectadores de telenovelas para una casa. Hoy en día el punto de vista de los observadores del mundo publicitario puede ser tan tendencioso como el del arquitecto, y debería estudiarse a la luz de lo que está intentando vender; ¿debería la arquitectura-pepinillo parecer hogareña como mi casa, o elegante como la tuya, si de lo que se trata es de vender pepinillos en vinagre? Pero, al menos, es otra tendencia, una alternativa al mirarse el ombligo que tana menudo practica la arquitectura para investigar; por ejemplo, al preguntarse: ¿qué hizo Le Corbusier? Aunque nos puedan decir poco de las necesidades de los muy pobre, tanto el mundo de la publicidad como el del constructor cubren un espectro más amplio de la población y superan una prueba de mercado más dura que el arquitecto de la urban renewal o de las viviendas de promoción pública; y sólo aprendemos de estas fuentes que la arquitectura debe ser diferente para los diferentes grupos, que ya es bastante.

Pero la alternativa a ambos análisis es examinar qué hace la gente con los edificios – en las levittowns, en las zonas altas de los ricos, en los terrenos poco definidos y en las barriadas – una vez viven allí. En este caso, los costes y la disponibilidad son fuerzas menos restrictivas puesto que la empresa es menor. Además, los cambios a menudo tienden a ser más simbólicos que estructurales y las aspiraciones quizá se deducen con mayor facilidad de los símbolos que de los edificios.

Prestar atención a lo construido para estar al corriente de las necesidades no significa que preguntar a la gente lo que quiere no sea también extremadamente necesario. […]”

Segunda parte.

Scott Brown, Denise (2007 [1971]) Aprendiendo del Pop (Learning from Pop). Barcelona: Gustavo Gili. pp 8-12.
Originalmente publicado en Casabella 359-360, diciembre de 1971.

jueves, 17 de enero de 2013

Ciudad cinética (R. Mehrotra) I

"Hoy en día, en la mayoría de ciudades alrededor del mundo, muchas formas de urbanismo coexisten en el mismo espacio. Estos variados conceptos de urbanismo (ya sea urbanismo cotidiano [everyday urbanism], nuevo urbanismo [new urbanism], post-urbanismo o las diversas formas de urbanismo indígena) en realidad colapsan en una manifestación simultánea - frecuentemente caleidoscópica - que genera una variedad de condiciones urbanas. El colapsar de conceptos variados de urbanismo en una entidad singular pero multifacética se da en una forma bizarra en las ciudades de Latinoamérica, Asia y África, donde los niveles dispares de desarrollo económico complican el ya esquizofrénico paisaje de la ciudad contemporánea. En estas condiciones urbanas, la manifestación física de la ciudad es revertida y, aquí, la ciudad 'estática' [static] o formal está frecuentemente situada en el paisaje temporal de la ciudad 'cinética' [kinetic] o informal.

theperfectslum.blogspot.com
Es en estos paisajes urbanos de Latinoamérica, Asia y África que la ciudad informal o cinética puede verse como la imagen simbólica y la metáfora del estado físico de la ciudad contemporánea. De hecho, es de la ciudad cinética que estas ciudades derivan su imagen hoy en día. Las procesiones, festivales, vendedores ambulantes y habitantes, todos convergen en un paisaje urbano en constante transformación - una ciudad en constante movimiento en la que incluso el tejido físico se caracteriza por esta cualidad cinética. Más aún, la ciudad cinética es incomprensible como una entidad bidimensional y se percibe, en realidad, como una como una ciudad en movimiento - una construcción tridimensional de desarrollo incremental. Es temporal en su naturaliza y frecuentemente construida con materiales reciclados: láminas de plástico, metal, lonas y madera de deshecho - constantemente se modifica y se reinventa.

En contraste, la ciudad estática se construye con materiales más permanentes - como el concreto, el acero y el ladrillo - y se entiende como una entidad bidimensional en mapas convencionales y es monumental en su presencia. La arquitectura es, claramente, el espectáculo de la ciudad estática. Y a pesar de que la ciudad estática depende de la arquitectura para su representación, ésta ya no es la imagen unitaria con la que la ciudad es leída. Por otro lado, la ciudad cinética no se percibe a través de su arquitectura, si no a través de espacios, que contienen valores asociativos y sirven de albergue a la vida. Los patrones de ocupación determinan su forma y su percepción. Es un urbanismo indígena que tiene una particular lógica 'local'. No es necesariamente sólo la ciudad de los pobres, como muchas imágenes y discusiones de la ciudad informal pueden sugerir; es más bien una articulación temporal y ocupación del espacio que no sólo crea una sensibilidad más rica de la ocupación espacial, sino que además sugiere cómo los límites espaciales se expanden para incluir formalmente usos inimaginados en condiciones urbanas densas."

Mehrota, Rahul (2012 [2010]) "Foreword". En: Hernández, Felipe; Kellett, Peter; Allen, Lea K. Rethinking the Informal City. New York: Berghahn Books. pp xi-xii.

jueves, 10 de enero de 2013

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