El Centro Cívico de Lima es un edificio emblemático: es decir, que tiene una serie de características que lo marcan como hito de la arquitectura peruana: la selección del proyecto, por concurso público; el que muchos de los arquitectos peruanos más importantes del siglo XX participaran; que albergara la torre que por muchos años fuera el edificio más alto de lima; el intento de plasmar muchas de las ideas de la modernidad en él. Hecho en concreto expuesto, el proyecto original albergaba oficinas, comercio y espacios públicos. Quería ser el centro ciudadano.
Pero por alguna razón no lo logró del todo. Muchas de las oficinas fueron vaciándose. Los locales comerciales se abandonaron, la gente, simplemente, no iba de buena gana. Finalmente sólo algunas agencias de viajes, un par de oficinas del estado y locales donde se sacaban fotocopias constituyeron la cara final del ambicioso centro cívico.
Hasta que se propuso el proyecto de un centro comercial, el Real Plaza, recientemente inaugurado. Este nuevo complejo "usa de cimiento" al local original (ver artículo de La República); tumbando algunas estructuras, maquillando otras y utilizando las restantes como contenedores, el nuevo centro comercial ha sido inaugurado hace poco.
No posee en sí mismo ninguna de las razones de peso ya nombradas, que convirtieron al centro cívico en un edificio emblemático. Es, simplemente, un mall.
Pero ahora gusta.
Imágenes:
La República
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