
Preferiríamos hablar de una estética antropológica y queremos dedicarnos a un estudios de los estados estéticos. Aquí el concepto de estado debe alcanzar una amplitud que la psicología de la conciencia del siglo XIX no había conseguido cuando hablaba de 'estados anímicos'. Nuestro vocablo tiene su origen en Nietsche, quien - como ya lo habían dicho Hamann y Schiller - entendía con este concepto un aspecto humano total: estado es en cualquier caso más amplio que 'situación de conciencia'; el 'estado apolíneo' o el 'dionisíaco' de Nietsche ya son estados generales o metapsicológicos de la persona.
[...] Una estética antropológica que estuviera interesada en estudiar los estados, podría evitar la tentación mencionada con métodos interrogativos teórico-cognoscitivos y psicológicos. A esto se añadiría la ventaja de que la estética ya no dependería meramente del estudio más o menos objetivo de los objetos de arte. Todas estas ventajas parecen favorecer especialmente un estudios del kitsch, porque - como veremos más adelante - las relaciones de sujeto/objeto se confunden de forma verdaderamente peculiar en el estado cursi. Los predicados, aparentemente objetivos, de dulce, viscoso, penetrante, perfumado, etcétera, serán comprendidos por los análisis de estados.
Pero este método, ¿no es demasiado 'subjetivo'? ¿No es un retorno a la psicología de la 'vivencia' estética, de la 'conciencia estética'?
[...] Tras estas notas escépticas de introducción, sería lo más razonable dar una teoría antropológica fundamental, una teoría de los actos y estados estéticos, par aclarar - en parte por deducción - el fenómeno del kitsch. La solución más satisfactoria sería seguramente localizar con precisión el kitsch dentro de la esfera de lo estético en general. Pero desgraciadamente no podemos realizar esta solución ideal, ya que no existe ni una antropología, que nos vendría muy bien, ni unos análisis del kitsch que nos permitan proceder de forma metódicamente exacta. Ni siquiera existen [...] definiciones claras de lo que se llama kitsch. Naturalmente no faltan esquemas filosóficos totales que se esfuerzan por conseguir una definición feneral de la esencia humana (a nosotros nos atañen fundamentalmente Scheler, Heidegger, Jaspers, Plessner y Sartre). Pero las concretísimas cuestiones que plantea el problema del kitsch necesitan unos horizones interrogativos más especiales y también un saber más detallado. De lo contrario, nos arriesgamos a condenar simplemente, con general solemnidad, el kitsch, este paria de la estética, en lugar de compranderlo, si no con afecto, sí al menos en profundidad."
Giesz, Ludwig: Fenomenología del kitsch.
Tusquets. Barcelona, 1973. (pp 16-22)
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