"El entorno construido, en toda su complejidad, es creado por las personas. Sin embargo es sencillamente demasiado complejo, demasiado grande y demasiado evidente como para ser percibido como una sola entidad, un artefacto como una silla, un carro, una pintura, o incluso un edificio.
Más aún, los entornos construidos tienen vidas propias: crecen, se renuevan y resisten por milenios. La restauración puede servir para congelar obras de arte en el tiempo, resistir los efectos del tiempo. Pero el ambiente habitable sólo puede persistir a través de cambio y adaptación. Es así que la conservación de las casas de los canales del Amsterdam, del siglo XVII, propicia un debate sostenida sobre qué es lo que debe ser conservado y qué podría ser transformado. Las fachadas alineadas en los canales fueron construidas a través de siglos que fueron testigos de profundos cambios en vida doméstica, tecnología, materiales disponibles y estilo. La restauración, como la de una catedral construida en generaciones y subsecuentemente modificada, significa de modo similar congelar un collage de intervenciones.
Al crecer y cambiar a través del tiempo, el entorno construido parece ser un organismo más que un artefacto. Sin embargo, aún al estar en constante cambio, posee cualidades que trascienden el tiempo. Las identidades de los edificios y de las ciudades persisten por milenios. A pesar de las transformaciones, éstas representan valores compartidos con ancestros y legados a descendientes, juntando pasado y futuro. Una continuidad similar existe en espacios públicos - calles, boulevards, plazas y vecindarios - e incluso en detalles, en el modo cómo es hecha una puerta o ventana, o cómo una habitación es distribuida.
La antigüedad de los monumentos y espacios públicos, y el significado con el que éstos son investidos, revela qué tanto cambia permanentemente. Los edificios son demolidos; calles antiguas se amplían; nuevas calles se insinúan dentro del tejido urbano existente. Incluso las cualidades del espacio público - en apariencia tan permanentes - son gradualmente alteradas por la transformación de los edificios y de las calles que las definen.
En breve, la misma durabilidad y trascendencia el entorno construido es posible sólo porque hay continuo cambio. En este respecto, el entorno construido es, efectivamente, orgánico: la constante renovación y re-ubicación de células individuales lo conserva y le da la habilidad de persistir."
LiMAC: Nicole-Franchy, Residencial San Felipe (li-mac.org) |
Habraken, N. J. (1998) The Structure of the Ordinary. Cambridge: MIT Press. pp 6-7.
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