"Hablamos del riesgo que transforma una idea potente y significativamente revolucionaria en una ideología peligrosa. Esto ocurre en el momento en el que la voz del pueblo se vuelve de manera automática y apriorística una cosa bella y buena. ¿Es siempre cierto que las voces desde abajo son inopinablemente elocuentes? No siempre.
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El planeamiento urbano debe aprender a escuchar el sentir de las personas, las vivencias, las experiencias, las exigencias, los gérmenes de creatividad y de cambio que están presentes en el interior de los tejidos urbanos. De Certeau en este tema subraya la necesidad de cultivar un impulso de optimismo en los enfrentamientos de la gente: una generosidad en la inteligencia de las personas y una confianza en los otros. Su posición, en muchos aspectos compartida, se resume en una sentencia importante: "siempre vale la pena recordar que no se debe considerar que la gente es idiota" (de Certeau 2001). Según el estudioso francés, son precisamente los habitantes, frecuentemente los más desaventajados, quienes construyen, a través de operaciones multiformes, nuevas prácticas de sentido. Nuevos procedimientos creativos de invención del cotidiano. Se trata de fermentos e inteligencias que necesitan ser consideradas por quien pretende ocuparse de la ciudad, superando racionalidades tecnicísticas y abriéndose a la escucha de otras narraciones. Abriéndose a la escucha de historias de vida que transforman y atribuyen un nuevo significado al espacio urbano."
ATTILI, Giovanni: Rappresentare la cittá dei migranti. Jaca Book; Milano, 2008. (pp 118, 119)
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