miércoles, 29 de diciembre de 2010

Honestidad (I)

Probablemente uno de los valores de la arquitectura más arraigado en nostros es la honestidad. Los arquitectos que postularon los principios de la modernidad enfatizaron en "la lucha por un diseño nuevo y audaz, por la honestidad en el uso de los materiales y por la verdad." (Hirdina, 1926; en Heynen, 1999: 45). Mucho antes aún, ya se hablaba de la bondad, la verdad y la belleza como una triada indisoluble que servía de marco tanto para la producción como para la crítica arquitectónica.

¿Hasta que punto podemos hablar entonces de honestidad (o la verdad) en la arquitectura? Esta idea tiene una serie de connotaciones que van desde lo constructivo hasta lo ético, pasando, por supuesto, por lo formal.

Los materiales, por ejemplo, deben utilizarse considerando sus características intrínsecas y las posibilidades que éstas ofrecen. Recuerdo una de las primeras lecciones "al paso" de arquitectura, cuando era niña. En una casa, aún en obra, se había colocado unas viguetas prefabricadas de concreto armado y los futuros habitantes no decidían qué "acabado" darle. Yo sugerí pintarlas para que parecieran de madera (mi casa tenía vigas de madera) y la arquitecta de turno casi me come viva: "Nunca pintes algo para que parezca otra cosa".

Pero entremos ahora al punto de vista formal. Se podría decir que la honestidad en la arquitectura, consiste en hacer que el edificio sea aquello que supone ser: un cine debe parecer un cine, una agencia bancaria debe parecer una agencia bancaria. Pero, ¿cómo se ve un cine? ¿cómo supone ser una agencia bancaria?

Palacio de Justicia, Lima (images.travelpod.com)
Durante el predominio estilístico de los "neos" (Neoclásico, Neobarroco, Neogótico) las cosas estaban más claras. Si había que diseñar una corte de justicia, uno se sumergía en la historia de la humanidad y llegaba a la conclusión que la civilización romana había sido la precursora del derecho moderno. Entonces, una corte de justicia debía ser Neoclásica, es decir, debía hacernos pensar en el arquetipo del derecho, en Roma antigua: columnas corintias, composición en base a zócalo, cuerpo y remate, tímpanos con bajorrelieves que representen ilustres personajes, etc. La arquitectura representaba aquello que el ciudadano más o menos culto relacionaba con justicia.

Sin embargo, si seguimos hablando de arquitectura moderna, esto no es honesto, no es verdadero. Los "neos" colocaron a la Historia al centro de sus referentes y se volvieron a ella en busca de soluciones formales. La arquitectura moderna, enérgicamente, rechaza estas actitudes, y se aferra al Zeitgeist (al espíritu de su tiempo) para buscar en él los referentes formales de sus creaciones. 

La arquitectura de inicios del siglo XX postula una verdad que no dependa del ornamento o de la decoración para manifestarse. Aboga por una abstracción de las volutas y una liberación de las demás artes con el fin de crear edificios honestos en su esencia de obra arquitectónica. Sin deudas con otras épocas, sin referencias a otros estilos, sin ornamento, sin delito.

Ahora los cines, las agencias bancarias, las cortes de justicia reflejan honestamente las cualidades de los materiales con las que fueron hechas: el cristal permite transparencias e integración interior-exterior; el concreto, geometrías complejas y texturas ricas; el metal, impresionantes estructuras que alardean de su propio poder.

Y el usuario ya no distingue, entre tanta honestidad, dónde comprar sus entradas al cine y dónde cobrar su cheques.

martes, 23 de noviembre de 2010

El Dominical

"Enconté un blog en 'El Dominical' de hace algunas semanas. Pensé que te podía interesar y ya te estaba escribiendo un mail para recomendártelo cuando me di cuenta que... ¡era el tuyo!"

Más allá de lo anecdótico, qué genial. En esta mini-columna del suplemento 'El Dominical' de el diario El Comercio, el domingo 7 de noviembre, se mencionó este blog como uno de los recomendados de la semana.

Sólo quisiera hacer una salvedad: este blog no "critica el 'mal gusto' en el crecimiento urbano", como se cita en la resaña. Lejos de eso, este blog busca apreciar la originalidad en recursos, formas y procesos. Sin perder el ojo crítico, quiere rescatar aquellos aspectos, que fácilmente denóminamos "de mal gusto" sin pararnos a reflexionar en el valor que puedan tener y, por qué no, también en su potencial como recursos creadores.

Arquitectura Huachafa no es una crítica... o, en todo caso, no es esencialmente una crítica. Es una voluntad de echar luz sobre esos fenómenos arquitectónicos marginales tan fáciles de ignorar o rechazar.

http://elcomercio.pe/impresa/edicion/2010-11-07/ecl2071110z02/09

domingo, 14 de noviembre de 2010

La casa "otra" (E. Allen, ed.)

"Financiera y emocionalmente, la casa es, para cada persona, una de las cosas más importantes de su vida, si bien, pese a ello, son muy pocos los individuos que logran tener algún grado de incidencia en su diseño y el mínimo poder como para modificarla en forma efectiva durante el tiempo que la habitan. Y la situación empeora a medida que los promotores se valen cada día más de la producción masiva y de los métodos industrializados de producción con técnicas típicas y standards de su actividad. Los últimos vestigios de la posibilidad de elección son intentos que se hacen por fuera de la problemática específica de la vivienda."

"La "Sesión en mangas de camisa" (sesión informal sobre "Tecnologías capaces de respuesta en la construcción de viviendas") está basada en la idea de que las viviendas deben adecuarse a la gente y no la gente a las viviendas; que las tecnologías de construcción deben ser flexibles y cambiables, capaces de una estricta adecuación física a las pautas de uso humano; de que la gente debe poder participar mucho más fácil y completamente, en forma directa o a través de máquinas, en el diseño, la construcción y las posteriores modificaciones de sus viviendas; de que las pocas personas que en el mundo han hecho trabajos basados en ideas como estas u otras similares se deben poder reunir informalmente, arremangarse y compartir sus conocimientos."

Allen, Edward, ed. (1978) La casa "otra". La autoconstrucción según el M.I.T.
Gustavo Gili, Barcelona.

miércoles, 20 de octubre de 2010

La huachafería reina en construcciones de Lima - Comentarios

Comentarios al artículo original publicado el 24 de enero del 2009 en El Comercio.

Ante el 'boom' de la construcción que vive Lima, los municipios multiplican sus esfuerzos para controlar la seguridad de las nuevas edificaciones, pero no se atreven a juzgar en gustos y colores. Salvo en los centros históricos de Lima y Barranco, ningún distrito regula la estética de sus fachadas o monumentos públicos.

Hay aquí una importante confusión de términos. Estética es la ciencia que estudia la relación subjetica (emocional, visceral incluso) entre sujeto y objeto, siendo este último, generalmente, una producción como lo es la arquitectura. No se puede, por lo tanto "regular" la estética. El término está siendo utilizado, de manera coloquial, en lugar de "aspecto externo" o "aspecto formal".

De todos modos, y como el mismo artículo explica líneas más a
bajo, ¿hasta qué punto es útil (o sano) que los municipios "juzguen en gustos y colores", si el fruto de dichos juicios es frecuentemente considerado huachafo? ¿Quién dio a los administradores públicos los recursos o el poder de señalar qué es lo que gusta o disgusta a la gente?

Es que tampoco existen parámetros que establezcan qué es feo y qué no lo es. [...]

Esto, por supuesto, dificulta mucho la labor de artistas y arquitectos, al mismo tiempo que nos da una libertad casi absoluta. ¡Pero felizmente! Felizmente que no existen parámetros que establezcan qué es feo y qué no, porque aún si existieran, éstos no garantizarían que la gente estuviese de acuerdo con los mismos. Sucedería, entonces, que "el gobierno" o "la administración" o "el municipio" establecerían parámetros que, más que probablemente, no coincidirían con la opinión de la mayoría de ciudadanos.

Similar contradicción genera la serie de esculturas que se ubica frente a la playa Agua Dulce, en Chorrillos, que busca plasmar el amor conyugal. "Son mamotretos cursis y en absoluto carentes de arte", critica el reconocido urbanista Augusto Ortiz de Zevallos.
Muy a su pesar, una decena de limusinas llega hasta allí cada sábado con parejas de recién casados que hacen cola para fotografiarse con la vilipendiada obra.

Hay entonces un abismo entre lo que piensa Ortiz de Zevallos y lo que siente el ciudadano común. Finalmente ¿para quiénes están diseñadas las ciudades? ¿Para arquitectos o profesionales afines, que pertenecen a un pequeñísimo grupo poseedor de una cierta cultura en materia de arte, arquitectura y estética? ¿O para el ciudadano común, representante de una fuerte mayoría, que quiere simplemente disfrutar de algo que le produce una experiencia estética positiva?

En este punto, el lector debe estar preguntándose si es mejor tomar partido por la opinión académica o si, por el contrario, debe respaldar el gusto popular.

Ésta es, precisamente LA pregunta.

[...] "Siempre se ha acusado a los conos de tener fachadas con mayólicas, pero la llamada huachafería también domina los barrios de clase alta, donde la imitación de arquitecturas foráneas e inadecuadas para el clima de Lima es producto del complejo y la desinformación", reflexionó Ortiz de Zevallos. Se refiere a los techos a dos aguas, chimeneas y ventanas templadas que abundan, por ejemplo, en la urbanización La Laguna, en La Molina.

Efectivamente, nadie se libra de ser huachafo (me atrevería a decir, con todo el respeto del mundo, que AOZ tampoco). Y eso no tiene nada de malo.

"Las fachadas son de todos y los dueños de los casinos no tienen derecho a imponernos semejante ruido visual", dijo Ludeña en referencia a la estridente decoración exterior de algunos locales de juego de la Av. La Marina.

Es cierto. Pero dichas fachadas también recrean pseudo-universos, pequeños mundos traídos de una realidad que nos es bastante ajena, pero que sin embargo nos gusta. Porque si esos neones, esas formas, esos recursos colocados sobre la arquitectura no gustaran a un grupo importante de gente, no estarían ahí.


El artículo, finalmente, trata el tema de manera bastante superficial. No propone soluciones, ni ideas nuevas, ni siquiera una firme postura a favor o en contra de las opiniones citadas. Pero plantea, eso sí, LA pregunta fundamental:

¿Es mejor tomar partido por la opinión académica o, por el contrario, se debe respaldar el gusto popular?

Yo quisiera agregar una pregunta adicional:

¿Por qué existe una distancia tan abismal entre una opinión y la otra?

La huachafería reina en construcciones de Lima (R. Ramón)

Ante el 'boom' de la construcción que vive Lima, los municipios multiplican sus esfuerzos para controlar la seguridad de las nuevas edificaciones, pero no se atreven a juzgar en gustos y colores. Salvo en los centros históricos de Lima y Barranco, ningún distrito regula la estética de sus fachadas o monumentos públicos.

Desde el 2006, el Reglamento Nacional de Edificaciones del Ministerio de Vivienda ordena en su primer artículo "que (la construcción) se integre a la zona de manera armónica", y aclara que son los municipios provinciales los que deben emitir normas complementarias para que esta directiva se cumpla. Sin embargo, la Gerencia de Desarrollo Urbano del concejo limeño admitió que a la fecha no existe una sola de dichas normas en la provincia.

Es que tampoco existen parámetros que establezcan qué es feo y qué no lo es. Quizá por eso, cuando Gregorio Yauri abre cada mañana la puerta de su casa, lo asalta la imagen de un malhumorado dinosaurio con aspecto de iguana. "Cuando los muertos se levanten, este nos va a defender echando fuego por la boca", dice Yauri, que confunde al reptil prehistórico con un dragón.

Desde que el monumento apareció hace seis años en la alameda que separa la Av. Plácido Jiménez del cementerio Padre Eterno, en El Agustino, los más connotados urbanistas de Lima han opinado que es de pésimo gusto. Sin embargo, el dinosaurio se ha vuelto familiar y hasta querido para Yauri y sus vecinos.

Similar contradicción genera la serie de esculturas que se ubica frente a la playa Agua Dulce, en Chorrillos, que busca plasmar el amor conyugal. "Son mamotretos cursis y en absoluto carentes de arte", critica el reconocido urbanista Augusto Ortiz de Zevallos.

Muy a su pesar, una decena de limusinas llega hasta allí cada sábado con parejas de recién casados que hacen cola para fotografiarse con la vilipendiada obra.

En este punto, el lector debe estar preguntándose si es mejor tomar partido por la opinión académica o si, por el contrario, debe respaldar el gusto popular.

Las casitas del Barrio Alto

"Siempre se ha acusado a los conos de tener fachadas con mayólicas, pero la llamada huachafería también domina los barrios de clase alta, donde la imitación de arquitecturas foráneas e inadecuadas para el clima de Lima es producto del complejo y la desinformación", reflexionó Ortiz de Zevallos. Se refiere a los techos a dos aguas, chimeneas y ventanas templadas que abundan, por ejemplo, en la urbanización La Laguna, en La Molina.

"En una ciudad donde no llueve, no se requiere calefacción y las ventanas deben estar abiertas, eso solo puede obedecer a una vanidad ingenua", sentenció a su turno el especialista Wiley Ludeña.

En un recorrido por La Molina y Surco fue fácil descubrir fachadas con forzados estilos orientales, escandinavos, coloniales y hasta medievales.

En La Molina, cerca del Cementerio de La Planicie, también se erige una escultura en forma de ala de pollo. "No la entiendo. Es horrorosa", señala la vecina Raquel Villar.

Pero si de monumentos se trata, el clip rojo que ostenta el bulevar del Parque Norte, en San Borja, ganaría un concurso de desconciertos. "Ahora cualquier cosa es arte", reclama, escéptico, el taxista Miguel Cuadros.

"Las fachadas son de todos y los dueños de los casinos no tienen derecho a imponernos semejante ruido visual", dijo Ludeña en referencia a la estridente decoración exterior de algunos locales de juego de la Av. La Marina.

Ramón Huaroto, Roxabel
En: El Comercio. 24 de enero del 2009.


viernes, 15 de octubre de 2010

Abstract 1.0

Los fenómenos de crecimiento de la ciudad, frecuentemente ligados a las migraciones o a un desarrollo súbito de la industria tienen un impacto en ocasiones violento en las imágenes de la ciudad y en su percepción. Los límites de lo urbano son difusos y sucede muy frecuentemente que el sistema urbano (los servicios, los medios de transporte e incluso la vivienda) no tengan un crecimiento lo suficientemente veloz como para dar una respuesta a las demandas de los nuevos habitantes de la periferia.

La respuesta de estos ciudadanos es automática: con ellos quienes construyen la ciudad. Comienzan, entonces, a surgir nuevos ambientes urbanos producto de una arquitectura sin arquitectos, que surge lentamente a partir de las necesidades de sus clientes-habitantes, que son, además, los constructores. A medida que exista la posibilidad económica, el nuevo ciudadano añadirá pedazos, habitaciones, pisos, ornamento a su vivienda, convirtiéndola en un lugar que satisfaga sus necesidades.

Este estudio se propone analizar la estética, entendida como la relación entre sujeto y objeto, de la nueva arquitectura espontánea en la periferia de Lima. Se analizarán, entonces, los aspectos formales y su relación con aquellos sociales y culturales. Las inspiraciones de estas edificaciones son varias: algunas hacen referencia a elementos arquitectónicos de proyectos construidos en los distritos más tradicionales de la ciudad moderna; otros parecen ser absolutamente originales, sin embargo probablemente pertenezcan un imaginario más profundo, proveniente de la cultura tradicional del nuevo habitante urbano; están, además, otros elementos cuyo origen es más complicado de precisar.

La mezcla de lenguajes, estilos y elementos formales, producida por un conjunto de dinámicas socio-culturales, se identifica con el término huachafo. Es una arquitectura popular, pero no folclórica, ligada al nuevo habitante de la ciudad moderna. Es, en suma, una arquitectura compleja, tal vez pobre en los elementos compositivos usados por los arquitectos, sin embargo rica en el uso de recursos, que permite a los habitantes una identificación mayor con el edificio.

martes, 5 de octubre de 2010

Abstract 1.0

I fenomeni di crescita della città spesso legati alle migrazioni oppure a uno sviluppo subito dell’industria hanno un impatto a volte violento nell'immagine della città e nella sua percezione. I limiti dell’urbano sono diffusi e capita molto spesso che il sistema urbano (i servizi, i mezzi di trasporto e anche le abitazioni) non siano abbastanza veloci da dare risposta ai bisogni dei nuovi abitanti della periferia.
La risposta di questi cittadini è automatica: la città viene fatta da loro. Cominciano quindi a crescere nuovi ambienti urbani fatti da un’architettura senza architetti, che sorge lentamente dai bisogni dei suoi utenti-abitanti che ne sono anche i costruttori. Man mano che c’è la possibilità economica, il nuovo cittadino aggiungerà pezzi, stanze, piani, ornamenti alla sua abitazione, rendendola un posto che soddisfi i suoi bisogni.
Questo studio si propone analizzare l’estetica, intesa come il rapporto del soggetto con l’oggetto, della nuova architettura spontanea nella periferia di Lima. Si tratteranno quindi gli aspetti formali e il loro legame con quelli sociali e culturali. Le ispirazioni di queste edificazioni sono varie: ce ne sono alcune che fanno riferimento a elementi architettonici di progetti fatti nei quartieri più tradizionali della città moderna; ci sono quelle che sembrano essere assolutamente originali, ma magari appartengono ad un immaginario più profondo, proveniente dalla cultura tradizionale del nuovo abitante urbano; ci sono anche altri elementi la cui origine è più difficile rintracciare.
La mescolanza di linguaggi, stili ed elementi formali, prodotta da un insieme di dinamiche socio-culturali, viene identificata con il termine huachafo. È un’architettura popolare, ma non folclorica, legata al nuovo abitante della città moderna. È insomma un’architettura complessa, magari povera negli elementi compositivi usati dagli architetti, ma ricca nell’uso di risorse, che permette agli abitanti un’identificazione maggiore con l’edificio.

sábado, 25 de septiembre de 2010

martes, 10 de agosto de 2010

Arquitectura Autoconstruida: Huaycán II

Esta segunda etapa del estudio se enfoca en el desarrollo de las zonas extremas de Huaycán: las más antiguas, que corresponden a un planteamiento diseñado con la colaboración de pobladores y arquitectos; y las más recientes, espontáneas, que se encuentran en sus primeras etapas de desarrollo y consolidación.

El objetivo es analizar la autoconstrucción desde el punto de vista de la arquitectura y de las historias individuales de sus habitantes, con el fin de establecer un perfil evolutivo de la arquitectura espontánea.

El estudio de las diferencias en la arquitectura de los distintos barrios nos dará información sobre cómo es el crecimiento actual de Lima.

Pueden participar estudiantes y egresados de la carrera de Arquitectura, así como los interesados de otras disciplinas, previa inscripción al mail pcarcdre@upc.edu.pe.

Inicio: Lunes 31 de agosto, 2010.
Cierre: Viernes 5 de noviembre, 2010.



jueves, 29 de julio de 2010

Las huachafas (E. Núñez)


"Alrededor de 1890, llegó a Lima una modesta familia de emigrados colombianos (probablemente algún político exiliado y los suyos) y se avecinó en la calle del General, muy próxima al cuartel de Santa Catalina. Como en dicha familia se contaban unas jóvenes casaderas y atractivas, estas solían organizar frecuentes fiestas bastante alegres a la que llamaban huachafas. La expresión fue bien acogida por los concurrentes del contiguo cuartel y con el tiempo las dueñas eran conocidas por el sobrenombre de huachafas. La denominación de la fiesta para a plicarse a sus organizadores que eran modestas muchachas de clase media, de cierta estrechez económica y que se esforzaban por aparentar ante sus invitados y vecinos más de lo que eran o tenían."


Núñez, Estuardo, en Peruanismos, citado por Pinto Gamboa, Willy. Envés y reflexión de lo huachafo. Lima: Juan Mejía Baca, 1978 (p 140)

domingo, 4 de julio de 2010

sábado, 19 de junio de 2010

Los productos artísticos (J. Acha)


Juan Acha: Los productos artísticos, 1979
(upload.wikimedia.org)

Clasificación contemporñanea de los productos artísticos según el filósofo Juan Acha. Se considera una suerte de "espina dorsal" central, basada en las tradicionales bellas artes, y una serie de producciones artísticas relacionadas. 

jueves, 17 de junio de 2010

Kitsch and Tendentious Art (H. Broch)

"The essence of kitsch is the confusion of ethical and esthetic categories; kitsch wants to produce not the "good" but the "beautiful". And if this means that the kitsch novel, even while often using quite naturalistic language, i.e., the vocabulary of reality, describes the world not as it really is but as it is hoped and feared to be, and if quite analogous tendencies turn up in the fine arts as well, if kitsch in music depends exclusively on effect - one need only think of the so-called bourgeois salon music, remembering that in many respects the music industry of today is its overbred offspring - still one must concede that no art can work without some effect, without a smattering of kitsch. In the dramatic arts, kitsch becomes a structural bourgeois one, namely, opera, in which effect is the principal structuring element; and one should not forget that opera by its very nature is distinctly "historical", and that that relationship between artwork and public where the "effect" is actually revealed is a matter of the empirical, the earthbound. The means employed for effect are always "proven", and they can hardly be increased any more that the number of possible dramatic situations could be increased: that which is past and proven appears over and over again in kitsch; in other words (a troll through any art exhibit will confirm this), kitsch is always subject to the dogmatic influence of the past - it will never take its vocabulary of reality from the world directly but will apply pre-used vocabularies, which in its hands rigidify into cliché, and here is the nolitio, the rejecting of goodwill, the turning away from the divine cosmic creation of values." (pp 32,33)

Broch, Hermann. "Kitsch and Tendentious Art (1955). In: Geist and Zeitgeist. The Spirit in an Unspiritual Age, Hermann Broch, 31-39. New York: Counterpoint, 2002.

jueves, 3 de junio de 2010

To be or not to be 'in the know' o la alienación entre creadores y consumidores

Partimos de resaltar un hecho indiscutible: en la actualidad existe una distancia entre los gustos de creadores de arte y curadores, y aquellos de los consumidores, es decir, de los ciudadanos comunes que buscan la experiencia estética por medio del arte o de objetos que ellos consideran artísticos. Esta distancia es llamada alienación cultural y, según Peter Lloyd Jones, se debe básicamente a dos factores.

Por un lado está el "cultivo negativo" (negative cultivation), que consiste en "la eliminación de todo simbolismo extraño y la atenuación severa de forma y textura en el ambiente visual" con el fin de permitir a los conocedores el enfocar su atención en aspectos escogidos del evento (p 359). Por ejemplo, pinacotecas cuyas salas de exposición carecen de ornamento o colores resaltantes y utilizan una iluminación cuidadosamente estudiada, con el fin de focalizar la atención del observador en los cuadros expuestos; un otro ejemplo podría ser la cata de vino a ojos vendados, en la que se busca que el catador se centre sólo en las experiencias sensoriales producidas por el líquido.

El problema es que para llegar a apreciar una obra de arte - o un evento cualquiera - con este nivel de intensidad y exclusividad, se requiere, como el mismo autor señala, ser un conocedor (be "in the know") y es aquí donde se produce la separación. Y e que el llegar a ser un conocedor en cualquier área requiere formación, requiere un cultivo de ciertos aspectos personales y un refinamiento al momento de elegir los estímulos que uno quiere percibir. Este proceso de entrenamiento perceptual es largo y toma mucho tiempo. Son pocas las personas que se embarcan en un viaje de estas características y, por lo tanto, serán pocas las personas que puedan apreciar en toda su intensidad este tipo de experiencias.

El consumidor común, aquel que no ha sido cultivado en las sutilezas del evento, dirá simplemente que "no sabe qué le ven" a aquello que está experimentando. Por un lado tiene una obra de arte que no comprende ni aprecia, y por el otro, un ambiente tan privado de "distracciones" que no le llama la atención. En el menor de los casos la situación le producirá indiferencia - y por lo tanto no se dará la experiencia estética - y en el peor, rabia.

El segundo factor tiene que ver con la abstracción a la que apunta el arte contemporáneo. De esta manera "se fuerza la atención hacia la estructura y la composición porque no queda nada más para mirar". Por ejemplo los edificios construidos en la modernidad, apreciables por su simpleza geométrica y el correcto manejo de los sistemas constructivos, pero completamente carentes de ornamento del tipo figurativo (esculturas, pinturas murales, etc).

Frente a la falta de referentes que el consumidor pueda reconocer en la misma obra de arte, y el entorno, privado de otros estímulos y concebido para centrar esa atención, es lógico que se dé esta alienación entre arte contemporánea y consumidores.

¿Entonces qué sucede con el kitsch? ¿Por qué gustan todos esos objetos de producción masiva llenos de colores y elementos figurativos?

Tomemos las ideas de Jones sobre el cultivo de la capacidad de apreciar ciertos eventos. No podemos decir que el consumidor no tenga en sí mismo la capacidad de disfrute; como ha sido señalado, el problema es que ésta no se siente representada por lo que curadores y creadores ofrecen en el mercado del arte y las experiencias artísticas.

El consumidor - es decir, cualquier individuo - pasa toda su vida cultivándose en el apreciar ciertos tipos de eventos. Desde los primeros años de la infancia se le pide que dibuje flores y mariposas, casitas "típicas" con techo a dos aguas y animales domésticos; al crecer es bombardeado con imágenes brillantes en la televisión, las películas y la publicidad. El consumidor, entonces, viene de un largo proceso en el que ha cultivado un cierto gusto por aquellos estímulos que tuvo más a la mano y que, por lo tanto, le son familiares.

Lamentablemente, para aquellos que señalan la dirección en la que deben ir los gustos y las modas, para aquellos productores del arte, cultivados en este refinamiento, estas manifestaciones "pseudo-artísticas" son despreciadas en su simplicidad y adquieren estatus inferior con respecto al arte culta.

Se abren, entonces, dos interrogantes: ¿Son los creadores y curadores quienes deben producir y "traducir" el arte en términos apreciables por los consumidores? o, de manera opuesta, ¿son éstos quienes tienen el deber de cultivar su sensibilidad con el fin de apreciar lo que los primeros les ofrecen?

Referencia:
Peter Lloyd Jones (1987): "Curators, Creators and Consumers" Leonardo Vol 20 No 04, pp 353-360.
Imagen: Lucio Fontana: Concetto Spaciciale

domingo, 30 de mayo de 2010

Estética moderna - Línea de tiempo


Principales pensadores que tratan diversos aspectos de la estética desde el siglo XVII hasta la actualidad, agrupados según las corrientes a las que pertenecen.

Fuente:
Franzini, Elio; Mazzocut-Mis, Maddalena: Estetica. I nomi, i concetti, le correnti. Mondadori. Milano, 1996.

Cuadro elaborado por Cristina Dreifuss Serrano para el curso de Estética del Postgrado en Arquitectura - Teoría, Historia y Crítica en la Univerisidad Nacional de Ingeniería.

jueves, 20 de mayo de 2010

El momento estético

En las artes visuales el momento estético es ese instante fugaz, tan breve hasta ser casi sin tiempo, cuando el espectador es un todo con la obra de arte que está contemplando, o con la realidad de cualquier género que el espectador mismo ve en términos de arte, como son la forma y el color. [...] Ambos se convierten en una sola entidad: el tiempo y el espacio son abolidos, y el espectador está poseído de un único conocimiento. [...] el momento estético es un momento de visión mística.


Berenson, B. (1966 (1948)). Estética e historia en las artes visuales. México D. F.: Fondo de Cultura Económica. p 86.

viernes, 7 de mayo de 2010

Categorías estéticas


Diagrama elaborado por Cristina Dreifuss Serrano (Many Eyes). 
Fuente: FRANZINI, Elio y MAZZOCUT-MIS, Maddalena (2000): Estetica. I nomi, i concetti, le correnti. Mondadori, Milano.

martes, 4 de mayo de 2010

Plano Guía Lima



Cartografía: Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento. Perú. Edición cartográfica: RESTISUR S.L. y Martín Moreno & Altozano, bajo la dirección de Nicolás Ramírez. Diseño gráfico: Martín Moreno & Altozano. Impresión: Brizzolis. ISBN: 978-84-7595-215-4. Depósito Legal: M-25119-2009.
© JUNTA DE ANDALUCÍA. CONSEJERÍA DE VIVIENDA Y ORDENACIÓN DEL TERRITORIO.

martes, 20 de abril de 2010

Cómo has cambiado pelona


Cómo has cambiado, pelona,
cisco de carbonería.
Te has vuelto una negra mona
con tanta huachafería.

Te cambiaste las chancletas
por zapatos taco aguja,
y tu cabeza de bruja
la amarraste con peinetas.
Por no engordar sigues dietas
y estás flaca y hocicona.
Imitando a tu patrona
has aprendido a fumar.
Hasta en el modo de andar
cómo has cambiado, pelona.

Usas reloj de pulsera 
y no sabes ver la hora.
Cuando un negro te enamora
le tiras con la cartera.
¡Qué...! ¿También usas polvera?
permite que me sonría
¿Qué polvos se pone usía?:
¿ocre? ¿rosado? ¿rachel?
o le pones a tu piel
cisco de carbonería.

Te pintaste hasta el meñique
porque un blanco te miró
«¡Francica, botá frifró
que son comé venarique...!»
Perdona que te critique,
y si me río, perdona.
Antes eras tan pintona
con tu traje de percala
y hoy, por dártela de mala
te has vuelto una negra mona.

Deja ese estilo bellaco,
vuelve a ser la misma de antes.
Menos polvos, menos guantes,
menos humo de tabaco.
Vuelve con tu negro flaco
que te adora todavía
Y si no, la policía
te va a llevar de la jeta
por dártela de coqueta
con tanta huachafería.


Nicomedes Santa Cruz

lunes, 19 de abril de 2010

Pan Huaycán

Imágenes panorámicas de las zonas F y Z




10 ideas sobre lo huachafo (desarrolladas)

1. Huachafo es un adjetivo que describe una situación y, por lo tanto, lleva implícito un amplio conjunto de eventos.

Limitarse a considerar sólo el carácter peyorativo del término induce a análisis superficiales que, lejos de entender la complejidad de lo huachafo, conducen al conjunto de prejuicios que tradicionalmente ha acompañado a la palabra. Lo huachafo no es solamente una característica estética, ni es sinónimo de mal gusto o pobreza de recursos: se trata de la representación de un fenómeno complejo.


2. Los eventos relacionados con el huachafo pueden clasificarse en tres grupos:

a) Estéticos: características relacionadas con la forma
Solemos designar, sin ningún esfuerzo, que es huachafo el discurso de un político en el que se emplea una gran cantidad de términos rebuscados, el empleo de luces de colores de fuentes públicas, recortar setos en los parques para darles forma de animales y los trajes de colores vivos y lentejuelas usados en ciertas ocasiones. Probablemente no sepamos decir por qué, pero la forma de estos elementos nos hace pensar en la palabra y es frecuente centrarse sólo en estos aspectos formales y desechar el objeto sólo por el hecho de ser huachafo.

b) Situacionales: modo de comportamiento
Del mismo modo que con los aspectos estéticos, las situaciones huachafas tienen que ver también con la forma: la forma de hacer las cosas. Reconocemos entonces que es huachafo bailar una versión remix de "Tiempo de vals" en una fiesta de quince años, utilizar palabras en otros idiomas para dar una imagen de sofisticación y ponerse lentes de sol en un día nublado.

c) Sociales: búsqueda de caracterización, distinción o diferenciación
La característica común dentro de todas estas manifestaciones tiene que ver con el querer ser o querer aparentar. El político quisiera poder convencer a sus electores; para ello cree mostrarse a sí mismo como una persona capaz al darse aires de erudición. La fiesta de quince años es la ocasión de mostrar a la niña como una princesa y se construye una "corte" alrededor del evento, con lo que se asimila como clásico.


3. Busca señalar de manera explícita una diferenciación social, que se reconoce por medio del modo de comportamiento y/o las características formales. Es por eso que se trata de un fenómeno complejo que abarca distintos niveles de profundidad.

El empleo de la palabra traza de manera automática una línea entre un grupo - los "normales", cultos, educados - y otro - los huachafos, cursis, ingenuos, ignorantes - que reconoce no sólo las diferencias en el gusto, sino y por sobre todo, las razones que las motivan, culturales, sociales, económicas, etc.


4. El término ha sido y es ampliamente utilizado de manera peyorativa. Sin embargo, el ser huachafo no es intríseco de las clases populares, del mismo modo que las clases altas (o de un nivel cultural elevado) no están exentas de serlo.

Podría llegar a decirse que es tan huachafo el cartel en la ventana trasera de una combi que reza "Made in Patricio", como la señora que usa términos en francés al hablar porque "no sabe cómo decirlo en castellano". Es tan huachafa una vivienda de pueblo joven con fachada de cristal reflejante turquesa como una casa de barrio residencial cuya fachada imita un templo griego. Es tan huachafa la tradición de los cisnes en el matrimonio, como la de la liga.


5. Por su carácter social, ligado estrechamente con lo regional, huachafo no es lo mismo que kitsch, hortera o cursi. Dicho componente social regionaliza cada uno de estos términos y les da un significado propio dependiendo de las circunstancias específicas.

En palabras de Federico Schwab: "El peruano culto, el peruano educado en una tradición cultural que remonta siglos atrás, tuvo una risa iróonica para aquellos individuos que en virtud de su situación económica, trataron de invadir su esfera, imitando toscamente sus modales, vistiando a la última moda, pero sin elegancia y hablando de todo, pero sin gracia y sin espíritu. Así el peruano culto encontró expresión plástica para su disgusto y su burla en el término huachafo, ocurrencia humorística de una mente ingeniosa, pero que reflejó una sensibilidad colectiva y que, por tanto, no tardó en ser bien lingüístico general, es decir, un peruanismo verdadero."

[…]

9. Las manifestaciones artísticas y culturares huachafas corresponden en su mayoría a un grupo creativo que podríamos llamar popular-urbano y son, por lo tanto, parte importante de la cultura popular contemporánea en el Perú.

Muchas de las características formales de la cultura popular-urbana tienen que ver con la combinación de arte tradicional (herencia, muchas veces, de las zonas del interior de donde vienen sus creadores) y elementos artísticos y/o tecnológicos que sean entendidos como "modernos". Se trata de manifestaciones masivas, que buscan, generalmente, corresponder con las preferencias de grandes públicos.


10. Como en el camp, existe actualmente una moda del huachafo: las formas tradicionalmente relacionadas con las clases populares están siendo tomadas y estilizadas por los productores de arte "oficial", y son en la actualidad consumidas, parcialmente, por aquellos grupos que originalmente las despreciaban.

Unos de los primeros ejemplos de este camp-huachafo se da en la ropa, con la creación de las llamadas "modas urbanas", que incorporan conocidos íconos de la cultura popular-urbana en prendas de vestir destinadas a segmentos socioeconómicos altos. Otros ejemplos se han dado en la publicidad y las artes gráficas; en estas últimas, en paralelo a las corrientes que han buscado un constante diálogo con la cultura popular (corrientes con presencia continua, pero muchas veces marginal), aparecen artistas de renombre que utilizan imágenes recurrentes del huachafo y las "academizan", para ser luego colocadas en un museo.

lunes, 12 de abril de 2010

10 ideas sobre lo huachafo

1. Huachafo es un adjetivo que describe una situación y, por lo tanto, lleva implícito un amplio conjunto de eventos.

2. Los eventos relacionados con el huachafo pueden clasificarse en tres grupos:

a) Estéticos: características relacionadas con la forma
b) Situacionales: modo de comportamiento
c) Sociales: búsqueda de caracterización, distinción o diferenciación

3. Busca señalar de manera explícita una diferenciación social, que se reconoce por medio del modo de comportamiento y/o las características formales. Es por eso que se trata de un fenómeno complejo que abarca distintos niveles de profundidad.

4. El término ha sido y es ampliamente utilizado de manera peyorativa. Sin embargo, el ser huachafo no es intríseco de las clases populares, del mismo modo que las clases altas (o de un nivel cultural elevado) no están exentas de serlo.

5. Por su carácter social, ligado estrechamente con lo regional, huachafo no es lo mismo que kitsch, hortera o cursi. Dicho componente social regionaliza cada uno de estos términos y les da un significado propio dependiendo de las circunstancias específicas.

6. En su dimensión estética lo huachafo se distingue por el uso de elementos formales de diversas proveniencias; por una producción que tiene como objetivo aparentar, impresionar o conmover, empleando recursos formales de conocimiento público; por el empleo frecuente de materiales baratos y/o factura mediocre; y por el poco respeto de reglas y normas consideradas pertinentes por el arte académico o culto (los cánones).

7. En su dimensión situacional el querer aparentar cobra especial inportancia. Las situaciones o actitudes huachafas incorporan actitudes exageradas que imitan distinción; que quieren demostrar una gran cultura o un elevado poder adquisitivo; que se preocupan más por el cómo se comunica, que por el mensaje en sí.

8. En su dimensión social es tan relevante aquel que es considerado huachafo por los demás, como aquellos que utilizan el adjetivo como medio de diferenciación. Al apoyarse en las dos dimensiones ya mencionadas, la caracterización de huachafo surge como una conclusión cuyo principal objetivo es distinguirse y tomar distancia de aquello considerado poco pertinente.

9. Las manifestaciones artísticas y culturares huachafas corresponden en su mayoría a un grupo creativo que podríamos llamar popular-urbano y son, por lo tanto, parte importante de la cultura popular contemporánea en el Perú.

10. Como en el camp, existe actualmente una moda del huachafo: las formas tradicionalmente relacionadas con las clases populares están siendo tomadas y estilizadas por los productores de arte "oficial", y son en la actualidad consumidas, parcialmente, por aquellos grupos que originalmente las despreciaban.

domingo, 28 de marzo de 2010

Lima-a-mil, Franziska Agrawal





Exhibición: Galería Paz Soldán del Centro Cultural Inca Garcilaso de la Cancillería. Jr. Ucayali 391. Lima.
Marzo 25 - Abril 18, 2010

martes, 23 de marzo de 2010

viernes, 19 de marzo de 2010

viernes, 5 de marzo de 2010

“La teta asustada” y su crítica a la huachafería (Alberto Pareja Pflücker & Manuel Benza Pflücker)

La película peruana que más galardones ha recibido ha sido objeto de análisis diversos. Creemos que una lectura completa-como sucede con muchas buenas películas- es muy amplia y no la abordaremos en este corto artículo. Intentaremos una lectura crítica desde un ángulo que nos parece sumamente interesante: la crítica a la huachafería.La huachafería es un peruanismo (un término inventado en el habla peruana) pero más que ello, es un concepto y hasta una forma de vida que se estila-con variantes- en los todos los estratos sociales del Perú y de los países con mayor vulnerabilidad cultural, que suelen ser los que sufren secularmente mayor dependencia económica-política-cultural y que a su vez, no desarrollan políticas de autoafirmación ciudadana. La huachafería es una forma de alienación ideológico-cultural.


En esencia, la huachafería es la burda imitación que resulta de la costumbre de copiar formas, estilos de vida, usos idiomáticos y construcciones culturales cotidianas, rituales y/o ceremoniales que provienen del extranjero o de las clases dominantes. De ello hay que hacer notar dos elementos fundamentales: el afán de copia y el mal gusto que generalmente ello implica (este segundo elemento es conocido comúnmente como cursilería).

El afán de copia es a veces tan poderoso que anula toda autenticidad. Creemos-y en ello coincidimos con Vargas Llosa, que se ocupa también de este término aunque desde otra perspectiva- que entre la población andina que vive en el Ande no hay huachafería, salvo en aquellos que transitaron por un cierto proceso de aculturación en algún lugar cosmopolita. Debemos agregar aquí que las escenas dramáticas que se rodaron en alguna región andina son particularmente sugestivas y marcan la pauta del conjunto. Nos referimos a la escena de la mujer madura muriendo en el contexto de la guerra desatada por sendero luminoso y transmitiendo el susto a través de la leche materna de otra mujer. El susto es una enfermedad mágico-religiosa que tiene un cierto sustento somático y psicológico.

El desarrollo de la huachafería comienza por los grupos sociales dominantes que buscan diferenciarse de los “de abajo” extranjerizándose. En todos los casos hay una falta de autoestima cultural que da lugar al afán de copiar lo que aparece en los medios de comunicación de masas como un estilo que otorga prestigio en razón a su origen extranjero o de la forma de vivir de los ricos y famosos. En el Siglo XIX se dio un afrancesamiento huachafo y hoy predominan las formas huachafas que resultan de la “cultura miamense”. La huachafería de dicha clase social va introduciéndose al resto del espectro socio-económico por una especie de “percolación”: se va colando más o menos rápidamente en zonas urbanas donde la vida y estilos de los ricos y famosos es imitada. Los sectores medios son especialmente huachafos. Pero esta huachafería ya se apropió también de los ritos sociales de los inmigrantes que llegaron a las ciudades costeñas en las últimas décadas y que suelen situarse entre sectores informales que viven en zonas urbano-marginales con distinta fortuna. Algunos llegan a tener un apreciable patrimonio que se encargan en resaltar. Otros, la mayoría, pueden darse ciertos lujos sólo en ocasiones especiales. Ocasión como la del matrimonio, que es un tema tratado en la película “La teta asustada”.

Que en los salones de las clases altas se haya impuesto “El Danubio Azul” austriaco para el baile matrimonial desde el siglo XIX ya es una huachafería. Hoy ya no se baila sólo una pieza (entre los novios), sino que se repite hasta la saciedad y mal bailado, porque nuestro pueblo no proviene de la cultura alemana-austro-húngara. Hoy el rito exige que pasen por la pista parientes, vecinos y hasta desconocidos que dejan a novio y novia exhaustos, mientras los invitados aplauden los compases del vals de Strauss como se hace con el valsecito criollo peruano, todo ello en la espera interminable por la comida, que es otra muestra de poder y/o de esfuerzo económico. A este rito se suman en los matrimonios algunos de reciente importación: la escalera por donde descienden los novios desde la planta alta de la casa, los globos de colores, la larguísima cola de la novia (cuanto más larga, mejor), la extracción de la liga de las medias de la novia por parte del novio (asunto que se hace con la boca del novio metida entre las faldas de la novia), la exhibición de regalos, etc. Estos detalles huachafos han sido recogidos fielmente en la escena matrimonial de la película. Es evidente que el lente de la directora reparó en la usanza de la escalera, no obstante que en medio del arenal limeño-marginal no hay alturas desde las cuales descender por escaleras. La escalera desde la cual nunca se podrá bajar sin subirse primero a ella es colocada en medio de la nada – y adornada con recargada huachafería – en una escena muy lograda.

Es irónico pero comprensible que la mirada crítica anti-huachafa de la película no haya sido captada por la mayoría de la audiencia peruana, incluyendo los críticos de cine: la cultura de masas en el Perú está atrapada por la huachafería. Es huachafo el Presidente Alan García cada día, cambiando de disfraz y “resolviendo” todo. Huachafos -en contenidos y formas- los programas de televisión con mayor sintonía, huachafo el Cardenal engolando la voz para pontificar algún disparate político reaccionario, huachafas las portadas diarias de los periódicos de mayor venta: tabloides que desinforman políticamente y con multiplicidad de colores resaltan alguna noticia de la farándula como la más importante del país, huachafos ciertos intelectuales que escriben para su propia exhibición y no para el debate democrático, huachafos los locutores de futbol que hablan como argentinos para semejarse a los locutores del país de Maradona, huachafos algunos futbolistas que se exhiben como metrosexuales, etc. Como es obvio, la huachafería no se da sólo en el Perú. Pero hemos tenido el privilegio de ponerle el nombre.

Alberto Pareja Pflücker y Manuel Benza Pflücker

http://sociologia7.wordpress.com/2010/02/08/“la-teta-asustada”-y-su-critica-a-la-huachaferia/

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